Historia

Un centenario templo erigido en honor a María Auxiliadora.

Nuestro Santuario, año 2020

Historia del Santuario de María Auxiliadora de Guayaquil. Más de cien años de historia y de fe. (Parroquia María Auxiliadora)

De corte neoclásico, tendencia de arquitectura italiana que, en las primeras décadas del siglo XX, se dejaba notar en el barrio Centenario de Guayaquil, el Santuario María Auxiliadora es un templo que simboliza la grandeza de Dios y de la fe de un pueblo.

Llegados en 1900 desde el viejo mundo, los salesianos, sacerdotes misioneros italianos, pusieron como cimiento de la actividad comunitaria, el pensamiento y acción de Don Bosco, orientaron sus conocimientos, esfuerzos y espiritualidad hacia la educación y la acción social-pastoral.

Histórico como el barrio mismo, el Santuario Arquidiocesano emergió de la presencia Salesiana en Ecuador, es poseedor de una memoria que marca la identidad del tradicional espacio urbano que surgió en el sur de la ciudad, en la parroquia Ximena, junto con la acción y visión de la gente que hizo de Guayaquil, el principal polo de desarrollo económico del País.

Nuestro Santuario hace más de 100 años

Histórica imagen del sector de El Centenario, de Guayaquil, en los primeros años del siglo XX. (Internet)

Las crónicas de Arcadio Arosemena Gallardo nos remiten a la memoria del santuario. Hace más de cien años, 1905-1910, en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús se asentaba la hacienda La Esperanza, propiedad de la familia Robles Chambers, en ese sitio se levantó un templo de madera.

Era el barrio del Astillero, en la calle de la Industria, donde se ubicaba el aserrío de Francisco Robles y Simona Chambers, quienes donaron ese espacio para que los misioneros hagan realidad el proyecto de erigir un templo dedicado a María Auxiliadora, tal como el Valdoco.

Domingo Comín, Alfonso Rinaldi y Pascuale Sanfrini cimentaron y orientaron la obra Salesiana en el lugar, el objetivo de la congregación era, y en primera instancia como una semilla, lograr: un espacio para la iglesia en honor a la Auxiliadora y la construcción del colegio para los jóvenes guayaquileños.

A tan solo ocho años del nuevo siglo, la obra salesiana ya era visible con: el espacio para el templo y el colegio Cristóbal Colón que tomaba forma, dos acciones monumentalmente humanas y espirituales de sacerdotes y cooperadores salesianos que transformaron en parte la historia de Guayaquil.

Educadores por excelencia, el Colón era el segundo esfuerzo educativo, antes de él, en 1905, con el patrocinio de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, instalaron el Instituto José Domingo de Santistevan para la formación de niños huérfanos.

El barrio Centenario y el Santuario María Auxiliadora han crecido juntos. Arcadio, memoria andante del tradicional sector, ha escarbado en libros, testimonios, archivos fotográficos, de hemeroteca y de ese hurgar se desprenden datos que testimonian el crecimiento de la acción salesiana.

1911 es el punto de partida. El Cristóbal Colón abre las puertas, la parroquia Corazón de Jesús queda bajo la acción de los Salesianos y una pequeña capilla acoge a los religiosos. Ese año, el padre Salvador Durone, primer director del colegio. manifiesta la intención de crear un gran templo en honor a María Auxiliadora y con ese fin se abrieron los Comités de cooperadoras y la Archicofradía.

En los años 20, la euforia del centenario de independencia invadía a las ciudades ecuatorianas emergentes, Guayaquil entre esas, una urbe que se levantaba con un matizado crecimiento industrial, político y comercial. Es allí donde brota el barrio El Centenario.

El 3 de noviembre de 1920, la Fundación del barrio motivó la cristalización de la construcción del nuevo templo, un proyecto original del padre Francesco Sanguinetti y el arquitecto Paolo Russo, con la participación de Luigi Bertagno en la construcción, fue en ese año que empezó a circular el folleto informativo el “Templo de María Auxiliadora”.

La historia del Templo: cómo tomaba forma la casa dedicada a María Auxiliadora.

Era junio de 1920, 100 años de Guayaquil independiente, y era el año en el cual se conformó el Comité pro-Construcción del templo de María Auxiliadora. El camino estaba abierto, el 10 de julio de 1921 con la presencia de la Colonia Italiana que ponía su huella en Ecuador, se colocó la primera piedra. La fe traducida en obra movía el proyecto.

“En 1921 colocaron la primera piedra del nuevo templo. Decidieron convertirla en una de las primeras construcciones de hormigón armado de Guayaquil. Es un edificio patrimonial y fue levantado durante siete años”. Arcadio asevera que estos datos salieron, una vez que revisó los documentos que dejara Emilio Soro Lenti, escultor italiano que dio forma a imágenes religiosas para el culto dentro de la iglesia.

“La vi nacer, crecer y desarrollarse, pero no llegar a la perfección. Las injusticias de la suerte se desplomaron en varias épocas, sobre sus robustos y sólidos trabajos. Estos no cedieron al concepto primitivo y formal de correcta labor, pero van cediendo a las injurias de las estaciones i a las … de la muerte” … dice el texto de Emilio.

Testimonio escrito por Emilio Soro

Copia del testimonio escrito por Emilio Soro y que reposa en los repositorios de Arcadio Arosemena.

Entre el barrio y la labor de los Salesianos hay una conexión más que de historia, de acción. Guayaquil es salesiana y la iglesia es María Auxiliadora es una muestra de ello. La historia es muy contundente, en 1923, la Curia y entrega la parroquia Corazón de Jesús a la congregación salesiana y nombró como párroco al padre Guido Rocca. Estamos a poco tiempo para celebrar el primer centenario de tan importante acontecimiento.

La ciudad empezaba a matizarse con las propuestas de arquitectura que venían del viejo mundo. En 1925, la Compañía Italiana de Construcciones Salesianas, que edificó el Palacio Municipal, asume la construcción de la colosal iglesia. Con Carlos Bartoli, Cherrardi y Bonardi al frente, la estructura moderna -para ese tiempo- tomaba forma, en un espacio nuevo, dentro una sociedad en crecimiento.

María Auxiliadora congregaba, bendecía, acogía a la comunidad, a los feligreses que, juntando manos, voluntades, generosidades e iniciativas, daba carácter, cuerpo a la casa que sería y por siempre la casa de todos. Es en 1925 cuando el Comité de Señoras Italianas se reúne para hacer un voto de terminar la obra, su trabajo es tal que, el cuatro de noviembre se celebró una gran misa campal en el espacio donde se levantaba el templo.

El barrio y la gente de Guayaquil se empoderaron de la obra. El papel de las mujeres es trascendental, porque ellas trabajaron para conseguir recursos. La casa de la familia Descalzzi se convirtió en el escenario donde las señoras ideaban estrategias para reunir fondos, comprar la cubierta, lograr que la empresa Roma donara las baldosas para el piso.

Y llegó el día, el gran día de abrir las puertas dela nueva iglesia como símbolo de la grandeza de María, el 24 de mayo de 1928 se realiza la bendición y queda oficialmente abierta al público para el culto. La gente del barrio, los pobladores de diversos sectores de Guayaquil, la muchedumbre se dio cita, estaban ahí enseñando de lo que hace posible la fe de una ciudad.

Templo original

Asi fue el primer templo de María Auxiliadora que abrió las puertas a los feligreses en 1928. (Repositorio santuario María Auxiliadora)

El barrio de El Centenario como epicentro de esta fe y devoción a María Auxiliadora, a Don Bosco. El tradicional sector guarda recuerdos y gratitudes, es un espacio promovido por el señor Rafael Guerrero, junto con Arturo Serrano, fue el primer barrio residencial de Guayaquil que en hasta el primer centenario no disponía un sector puramente residencial, Desde que nació este barrio estuvo dedicado a los Salesianos.

De la voz de Arcadio se sabe que, la iglesia de María Auxiliadora era el lugar donde se realizaban los principales matrimonios de la ciudad, la gente de la clase alta acudía a contraer matrimonio con personajes que han marcado la gestión salesiana, el padre Cayetano Tarruel o el padre Néstor Astudillo, entre otros.

Emilio Soro Lenti, artista y escultor italiano que realizó las imágenes para el templo. (Emilio Soro-Escultura)

El culmen de esta etapa fue el inicio de otra que perdure con el tiempo. Del comité Pro-Construcción a la Archicofradía de María Auxiliadora y décadas más tarde la Asociación de María Auxiliadora. En 1934 el folleto informativo daba cuenta del siguiente proyecto a ejecutarse dentro del templo: la construcción del altar mayor, el baldaquino, el balaustro y otras.

Sin pausa, respirando profundo y encaminando el escenario que acoge espiritualidad, humanidad, solidaridad, fraternidad. En 1939 se construyen las losas laterales. En 1940 junto con los capiteles de las columnas, las molduras del zócalo, el altar mayor y el comulgatorio, obra de Emilio Soro Lenti, además de dos puertas de los dos sagrarios, hechas con bronce, obra de Attilio Castano. Ya en 1942 las naves laterales se construyeron en su totalidad, y el dos de junio de ese año, el entonces obispo Pedro María Noboa las bendijo.

Obras que engrandecieron al Santuario y su accionar junto con la gente del Centenario

Con el paso de los años y el ingreso a etapas que marcaron la modernidad de la humanidad, el paisaje urbano y la armonía de Guayaquil como ciudad “puerto principal” se transformaba.

Los Salesianos entrelazaron y fortalecieron en sumo grado dos acciones: la educación y la obra pastoral-social. Para lograr esta comunión aplicaron un elemento esencial dentro de una sociedad en crecimiento: “la vinculación de diversos sectores”, jóvenes, hombres, mujeres, gremios productivos, iglesia, barrios, se integraron a las iniciativas.

Uno de los pilares de acción, la educación, con cuatro proyectos emblemáticos: el José Domingo Santistevan, que nació en el 1905 como asilo para niños huérfanos; el colegio Cristóbal Colón, abierto en el 1911, los dos llevados y desarrollados de la mano de Monseñor Domingo Comín.

Primer edificio del Colegio Cristóbal Colón

Primer Edificio del Colegio Cristóbal Colón de Guayaquil, una obra salesiana. (Internet)

Más tarde, la “Escuela popular Don Bosco” gestionada por el padre Cayetano Tarruel, quien trabajó en el sistema de escuelas católicas gratuitas con la creación de aquella escuela “el 23 de mayo de 1952 y que 20 años después adoptaría el nombre de Domingo Comín.

A estas obras emblemas de formación se suma, dentro de la etapa histórica y de educación, el Domingo Savio, que nació en 1962 como colegio artesanal, establecimiento donde se sintió, la experiencia y vocación de Néstor Astudillo, sacerdote.

Imagen de Santistevan…

Colegio Santistevan

Alumnos del Colegio José Domingo de Santistevan atrás del cerro Santa Ana. Fotografía tomada entre 1937 y 1947. (Fondo INPC)

La educación con proyección social y el templo como cimiento de fe, crecimiento espiritual y de amor a Dios, a María Auxiliadora y al pensamiento de Don Bosco. En 1956, con Cayetano Tarruel como párroco, los sonidos de un órgano electrónico armonizaban las liturgias.

Era el tiempo en el que llegaron al mundo nuevas disposiciones litúrgicas y acorde a la vanguardia, en 1957 inician nuevas obras de remodelación, se eliminó el baldaquino sobre el presbiterio, las dos capillas laterales, se terminan el zócalo y las columnas perimetrales, mejoran el retablo del presbiterio y se construyen dos altares en torno al altar mayor, el uno dedicado a las almas de los fieles difuntos, y el otro a los Santos de la Familia Salesiana.

Desde los Talleres Salesianos de Sariá, de Barcelona-Espada, llega una escultura de mayor tamaño de María Auxiliadora y se la coloca para el culto en el altar mayor. La imagen de apertura del templo a inicios del siglo reposa en una urna de cristal en un patio adyacente al templo y recorre la ciudad en tiempos de procesiones.

Un templo que crece como la fe y la generosidad de la población. El siguiente proceso de remodelación se da en 1963, en esa etapa, el párroco Juan Carlo remodela el presbiterio, con un arco gótico de estructura metálica, dos vitrales en el ábside, las puertas principales son de acero e incrustaciones de bronce, obra de Emilio Soro que, a más de ser un gran creador, de a poco grababa en su memoria la historia del hoy santuario.

La Imagen de la iglesia ya renovada, de acuerdo a las nuevas disposiciones litúrgicas trabajo desarrollados entre 1957 y 1963. (Archivo Parroquia María Auxiliadora)

En la década del 60 se abren paso las Cooperadora Salesianas que animadas por el padre Juan Giovenale hacen realidad la Escuela Parroquial Margarita Bosco destinada a jóvenes guayaquileñas que asistían a la Academia María Auxiliadora de Corte y Confección.

En esta parte sur de la ciudad, casi todos toman la pluma para escribir la historia y mostrar a la comunidad ese trabajo liderado por la congregación y los miembros de las organizaciones.

Los fundadores

Domingo Comín

Desde su llegada a Ecuador el 20 de noviembre de 1902, con tan solo 28 años de edad, el nombre de Domingo Comín este el país tiene un espacio bien ganado en la historia. Italiano, nacido el 9 de septiembre de 1874, en Santa Lucía, un pequeño pueblo ubicado al norte de ese país europeo, fue distinguido, como Ministro de Cristo, Misionero Salesiano, que se preocupó por el progreso de los pueblos. Por algún tiempo, el padre Domingo prestó sus servicios en Guayaquil. El 8 de marzo de 1920 fue nombrado Obispo y el 5 de mayo del mismo año lo designó como Vicario Apostólico de Méndez en Gualaquiza. Fue el principal gestor para la construcción del colegio Cristóbal Colón.

Tal como lo realizó en Guayaquil, Sucúa se convirtió en otro frente de tarea, implementó proyectos para el adelanto del Vicariato y de Sucúa, lugar donde se concentró en obras de educación con escuelas y colegios, de salud a través de los hospitales sin dejar de lado el trabajo desde la iglesia.

P. Domingo Comín SDB

Domingo Comín Uno de los primeros salesianos que llegó a Ecuador y fue uno de los gestores para la creación del Colegio Cristóbal Colón.

Cayetano Tarruel

Cayetano Tarruel, sacerdote salesiano, nació el 6 de junio de 1912 en Cervera en Lérida – España. Tarruel llego a Ecuador en 1937, en una época difícil para su país por la guerra civil que se registraba. Su punto de formación para recibir el presbiterado los realizó en Cuenca donde se desempeñó como administrador y profesor de los Salesianos Don Bosco, luego de su trabajo efectuado en esa urbe. Luego de su trabajo en esa urbe, se fue para Guayaquil donde desempeñó un papel muy importante dentro de la educación y la iglesia como Párroco de María Auxiliadora, creador del Centro Popular San Juan Bosco, profesor y rector del colegio Cristóbal Colón. Falleció del 15 de abril de 1979, en esta urbe, donde él con su simpatía y afán de servicio gozó de la gratitud y el afecto de la comunidad.

P. Cayetano Tarruel SDB

Sacerdote Cayetano Tarruel. Vino desde España y desempeñó con entrega algunos cargos, proponiendo obras en beneficio de la sociedad.

Salvador Duroni

Salvador Duroni, quien se desempeñará como primer rector del Colegio Cristóbal Colón, fue el primero en proyectar junto al colegio un gran santuario para María auxiliadora. Después de permanecer en Guayaquil, Domingo Comín lo envío a Méndez donde trabajó por tres años, desde 1924 hasta 1927. El Padre Salvador Duroni, Autor de Diccionario de Bolsillo de la lengua Jibara, cuya segunda edición es en Cuenca, 1928.Al empezar la obra le acompañaron el Padre Alberto Castagnoli y el coadjutor Víctor Arévalo; luego irán llegando nuevos refuerzos.

El antiguo colegio Cristóbal Colón

Este es el edificio primero del Colegio Cristóbal Colón, Salvador Duroni fue el primer rector que arranca con este proyecto educativo que tiene 109 años.


Néstor Astudillo El sacerdote Néstor Astudillo Bustamante nació el primero de febrero de 1911 en Girón (Azuay) y falleció el cuatro de enero de 2010, a poco tiempo de cumplir cien años. Estudió en Quito, también en Chile y se ordenó como sacerdote el 23 de mayo de 1943. Su trabajo religioso lo realizó en el colegio Cristóbal Colón de Guayaquil. En 1969, Astudillo fundó la parroquia Domingo Savio, espacio en el cual ubicó el centro artesanal para formar a niños, adolescentes y adultos de escasos recursos de la ciudad. De esa obra salieron la escuela Domingo Savio y después el colegio con el mismo nombre. Desempeñó algunas laboree en Quito.