Iglesia Virtual

Somos un mundo interno y parte de un mundo externo. El aislamiento y el distanciamiento social nos ha sumido en un entorno hiper-conectado. Internet ha sido la salida o al menos eso se piensa, nos acerca, nos relaciona, nos enseña; un alto porcentaje de las actividades humanas hoy en día se realizan en línea u online, a través de plataformas digitales y siguiendo esta onda, el ser humano puede también conectarse con la ritualidad católica-cristiana, con la transmisión del evangelio, a través de medio ajeno a un templo físico tradicional; esto es desde un dispositivo móvil. Una experiencia reciente, marcada por la pandemia. Este es el tiempo de la evangelización por medios digitales, creando ambientes virtuales para el fortalecimiento de la fe.

En esta era de la sociedad de la información y el conocimiento, el accionar de la humanidad lo marcan las relaciones de intercambio y socialización por medio de las redes sociales; vemos y nos ven, nos muestran y nos mostramos; más, es bueno preguntarse ¿cuál es el papel de la iglesia en esta cibercultura, en este escenario virtual, frío y mediado por la electrónica?

El Santuario María Auxiliadora, acorde a las nuevas exigencias sociales y de convivencia humana, desarrolla el proyecto de Iglesia Virtual, un portal donde los ingenios de la humanidad traducidos en tecnologías, se vuelven los canales de conexión con la palabra de Dios, con el mensaje de Cristo, con la bondad de María Auxiliadora y con la acción espiritual de la iglesia en la sociedad.

Transmisiones en tiempo real aprovechando bondades de las redes sociales, son parte de la iglesia virtual

La cultura mediática para una mayor humanización en el mundo es posible y valedero. La tecnología ya no mide generaciones, comunicar para evangelizar es la tarea para quienes están en el camino de reforzar y cimentar la esperanza por medio los canales virtuales, escenarios de manifestaciones de fe, de amor, de igualdad, de ética, de valores, y sobre todo del amor incondicional de Dios.

Tres aspectos a tomar en cuenta en este proceso de iglesia virtual: primero, el espacio digital como repositorio; material disponible para investigación; segundo, la ciber-teología o la vivencia de la fe, a través de la virtualidad y la mediación tecnológica; y tercero; ver a la iglesia virtual como el canal para evangelización, como un mecanismo técnico de sustituir el encuentro cara a cara en el templo.

Esta virtualidad contempla acciones como transmisiones de celebraciones litúrgicas; procesos de formación en catequesis; emisión de proyectos relacionados con la acción litúrgica y social de la iglesia; exposición de proyectos desarrollados con los diferentes grupos de apoyo al Santuario, entre otros.

Bienvenidos a esta nueva forma de vivir, mantener y proyecta la fe. No importa el canal, Dios está en todos nosotros y la tecnología es también un escenario donde viviremos y manifestaremos esa fe, sinceridad y apego.

Atentamente

El Párroco.